sábado, 14 de septiembre de 2013

Fascinante Göbekli Tepe


Hablar de este yacimiento prehistórico situado al sureste de Turquía no supone realmente ninguna incursión en la arqueología alternativa ni tampoco ninguna novedad sensacional. De hecho, la excavación sistemática de este enclave por parte de arqueólogos profesionales empezó hace unos 20 años. Sin embargo, Göbekli Tepe (en adelante, GT) es sin duda un yacimiento excepcional por cuanto de alguna manera rompe esquemas y traza nuevos horizontes para la arqueología convencional, y de rebote proporciona argumentos a algunas teorías alternativas.

Pero entremos en materia, ¿Qué tiene de especial este lugar? y ¿por qué desafía algunos conceptos consolidados de la arqueología académica? Lo primero que hay que decir es que desde el principio de la arqueología como ciencia (nos tendríamos que remontar al siglo XIX) los estudiosos han estado preocupados por establecer una cierta clasificación de la evolución cultural humana –dejando a un lado el tema de la evolución biológica– en etapas, estadios o “edades”, lo que dio lugar en su día al famoso esquema de las edades de piedra (vieja y nueva), de los metales (cobre, bronce y hierro), etc. Así pues, las excavaciones fueron revelando las características y cronologías de estas edades, prácticamente en todos los rincones del planeta. Asimismo, el periodo que consideramos como los inicios de la “civilización” quedó acotado a finales del periodo neolítico y comienzo de la edad de los metales, entre el 4º y el 3º milenio antes de Cristo.

Frente a este panorama que poco había cambiado en las últimas décadas, el yacimiento de GT nos propone un cierto desafío a las reglas. Se trata de un gran santuario datado en una asombrosa fecha de entre 9.500 y 8.000 a. C. (según muestras analizadas por radiocarbono), y que ya ha sido catalogado como el templo más antiguo del mundo. En las excavaciones realizadas hasta la fecha no se han encontrado restos que demuestren que tal construcción fuese llevada a cabo por una sociedad neolítica; todo apunta a que Göbekli Tepe fue en su fase inicial la obra de una comunidad de cazadores-recolectores. No obstante, también hay referencias a este yacimiento como perteneciente al PPN, o neolítico pre-cerámico (según las siglas en inglés), un estadio incipiente de neolitización en que todavía no se habría desarrollado la técnica para fabricar cerámica, que en muchos casos es un claro identificador de las comunidades neolíticas.

El conjunto, que apenas ha sido investigado en un pequeño porcentaje de su extensión, se compone de diversos recintos de forma ovoide o circular construidos en piedra; hasta el momento se han excavado cuatro de ellos, pero se han localizado otros 16 mediante prospección de geo-radar. En opinión del arqueólogo Klaus Schmidt (según una conversación reciente con Graham Hancock), estas estructuras aún por excavar podrían ser mucho más antiguas. Estos recintos contienen unas típicas estructuras megalíticas en forma de «T», estando algunas de ellas decoradas con relieves geométricos, antropomórficos (figuras humanas muy estilizadas) y zoomórficos, entre lo cuales encontramos serpientes (el animal más representado), toros, gacelas, jabalíes, zorros, asnos salvajes... que podrían tener una función simbólica, totémica o chamánica. 

También existen algunas esculturas exentas de gran tamaño, como es el caso de jabalíes o de una cabeza humana, y otras más pequeñas, de buitres. No hay rastro, sin embargo, de que el lugar hubiese sido habitado regularmente o que hubiese servido como centro funerario. Lo que sí sabemos es que el lugar fue volutariamente abandonado y cubierto hacia el 8º milenio a. C. hasta su descubrimiento a mediados de los años 90.


En todo caso, los arqueólogos reconocen que este lugar precisó del trabajo coordinado y especializado de muchas personas durante cierto tiempo. Tengamos en cuenta que estos bloques monolíticos, de unos 3 a 5 metros de altura, tenían un peso considerable; el más grande, localizado en una cantera próxima, se ha estimado que podría pesar unas 50 toneladas. No encontramos nada parecido en otros yacimientos neolíticos clásicos como Çatal Huyuk (un poblado relativamente grande, también en Turquía) hasta dos o tres mil años después. Por poner otros referentes, las primeras ciudades sumerias no surgieron hasta cinco mil años más tarde, y el famoso círculo de Stonehenge, aún en su primera fase, llegaría entre seis y siete mil años después que GT.


 

Parece ser que la comunidad que levantó este fabuloso lugar vivía de una caza y pesca abundante y que el cambio de las condiciones climáticas les empujó a una economía productiva, que en sus primeros tiempos resultaría extremadamente dura y poco satisfactoria, afectando incluso a su calidad y esperanza de vida. De ahí que algunos autores hayan calificado a Göbekli Tepe de “Jardín del Edén”, por asemejarse al paraje mítico en que el hombre vivía feliz con todo lo que tenía a su alrededor, sin necesidad de cultivar la tierra y ganarse el pan “con el sudor de la frente”. Por otro lado, frente a la idea convencional de que el cambio económico al Neolítico provocó una creciente organización y complejidad social, el arqueólogo alemán Karl Schmidt considera que tal vez el razonamiento sea inverso; esto es, que fue la cooperación y organización necesaria para levantar un santuario como GT lo que facilitó el desarrollo posterior de las comunidades neolíticas.


Sea como fuere, GT no encaja en los parámetros hasta ahora definidos en terminos culturales para una sociedad de cazadores-recolectores, o en el mejor de los casos, de primitivos agricultores. GT representa sin duda un estadio que podríamos calificar de “pre-civilización”, que queda del todo desubicado cronológicamente de los referentes hasta ahora conocidos. No obstante algunos investigadores han apuntado que en tiempos remotos de la Prehistoria (inequívocamente paleolíticos), ya se podían apreciar unas incipientes muestras de civilización, lo que podría dar un cierto contexto a este hallazgo tan aislado hasta el momento.

Concretamente, el investigador británico Richard Rudgley, en su libro de 1998 The lost civilizations of Stone Age (“Los pasos lejanos”, en edición española), defendió la idea de que el supuesto mundo primitivo de aquella época no lo era tanto, sino que ya se percibían algunos evidentes signos de civilización a través de ciertos indicios materiales. Así, Rudgley nos habla de sofisticadas formas artísticas, de operaciones matemáticas, de observaciones astronómicas, de instrumentos musicales, de prácticas de cirugía, o de unos rudimentarios sistemas de escritura. Por su parte, el investigador norteamericano Alexander Marshack también coincidió en afirmar que la civilización no pudo surgir de forma tan súbita y que de alguna manera el hombre del Paleolítico ya tenía una serie de conocimientos avanzados. En 1972 se publicó su obra The roots of civilization (“Las raíces de la civilización”) en la que exponía la teoría de que los hombres de aquella época ya tenían unos inequívocos conocimientos astronómicos, orientados al cómputo del tiempo. Sin embargo, sus estudios –fundamentados en el estudio de diversos objetos grabados– no obtuvieron el reconocimiento académico.

Veremos si el tiempo nos descubre otros Göbekli Tepe que quizás nos pongan sobre la pista de una Prehistoria diferente.

(c) Xavier Bartlett 2013

Fotos: DAI


Actualización
Según las más recientes investigaciones, existe al menos un yacimiento muy similar a GT, llamado Karahan Tepe (también en la zona sudeste de Turquía, en las montañas Tektek), con el mismo horizonte cronólogico, es decir, el neolítico pre-cerámico (PPN, en siglas inglesas). Los restos fueron descubiertos en 1997, pero sólo se han llevado dos intervenciones arqueológicas preliminares, en 2000 y 2011. Aunque el yacimiento está aún por excavar, se han podido identificar estructuras megalíticas en forma de "T" (que incluyen relieves con formas humanas y animales, sobre todo de serpientes) y abundantes artefactos de piedra. También se ha constatado que -al igual que GT- el poblado sólo fue ocupado durante la etapa PPN. Asimismo, se han localizado otros asentamientos de este mismo periodo en Hamzam Tepe, Sefer Tepe y Sanhurfa Yeni Mahalle, sobre los cuales apenas hay una mínima información.

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