domingo, 15 de septiembre de 2013

Ignatius Donnelly y el resurgir de la Atlántida


El siglo XIX fue una época decisiva para la consolidación de la arqueología como disciplina científica, superando las primeras visiones, más próximas a una actividad de “anticuarios y viajeros” (en palabras del insigne arqueólogo Glyn Daniel). Fue en estos tiempos cuando se difundió la teoría darwiniana de la evolución, nació la Prehistoria como ciencia de un pasado ignoto no registrado por documentos escritos y se produjo el masivo descubrimiento arqueológico de las antiguas civilizaciones, que habían estado ocultas a los ojos occidentales durante siglos.


No obstante, en paralelo a este triunfo de la ciencia empírica, empezaron a surgir unos enfoques que se apartaban de la ortodoxia y empezaban a recuperar antiguas leyendas y mitologías, fruto del típico espíritu romántico y soñador de aquel periodo, potenciado por la fascinación occidental hacia todo lo exótico, incluyendo los mundos perdidos. Y así fue como tuvo lugar un fuerte despertar de las teorías acerca de la legendaria Atlántida, que se convirtió en un tema muy atractivo para la cultura popular. De este modo cabe destacar la aparición de las obras de Madame Blavatstky que abordaron el tema desde una perspectiva más bien ocultista o esóterica. Sin embargo, existió otra corriente de estudio sobre la Atlántida, quizá más ajustada a la ciencia exotérica, aunque con evidentes elementos mitológicos y especulativos. Y aquí es cuando entra en escena Ignatius Donnelly.


Ignatius Loyola Donnelly (1831-1901) fue un abogado, político y escritor norteamericano, que sin duda pasará a los anales de la historia alternativa como el gran precursor de este género, por haber escrito en 1882 publicó su Atlantis: the antediluvian world (“La Atlántida: el mundo antediluviano), que marcó un antes y un después en la investigación alternativa sobre la existencia del mítico continente, ya que, como contraste a los enfoques esotéricos, Donnelly trató de presentar un trabajo de mayor empaque científico a partir de los relatos mitológicos y de las pruebas materiales.



Donnelly dividió su libro en cinco partes: La primera, dedicada a la clásica narración de Platón y a al desastre que pudo acabar con la Atlántida; la segunda, al estudio de las leyendas el diluvio universal; la tercera, a las conexiones entre la Atlántida y el mundo antiguo; la cuarta, a la mitología atlante; finalmente, la quinta está dedicada a las colonias atlantes en todo el planeta. En el trabajo de Donnelly ya se vislumbran las grandes líneas alternativas que el autor expuso en el inicio del libro como trece propuestas a demostrar y que luego se han repetido y reinterpretado hasta la saciedad; en resumen:



  • Que el relato de Platón no es mitológico, sino histórico y que realmente existió un gran continente o isla en el océano Atlántico, al otro lado del Mediterráneo.
  • Que en la Atlántida el hombre pasó de un estadio de barbarie a uno de civilización, siendo esta época la correspondiente al mundo antediluviano o al Jardín del Edén.
  • Que los dioses de los pueblos antiguos no fueron más que los gobernantes y héroes de la Atlántida. La mitología inca y la egipcia serían derivaciones de la primitiva religión atlante (basada en el culto al Sol).
  • Que la Atlántida sucumbió a causa de un gran cataclismo natural que la sumergió bajo las aguas.
  • Que los supervivientes del desastre escaparon a nuevas tierras y forjaron las diversas leyendas sobre el diluvio.
  • Que las primeras grandes civilizaciones no fueron sino un legado de la civilización atlante.



Cabe destacar que, en el terreno geográfico, Donnelly ya puso las bases de muchas investigaciones posteriores, al apostar por una localización del continente en medio del Atlántico, con un claro vestigio natural en las islas Azores, que serían las cumbres de las montañas atlantes desaparecidas bajo el mar. Respecto al resto de materias, Donnelly fue desgranando a lo largo del libro diversos argumentos a favor de una posible existencia de la Atlántida, siempre a partir del conocimiento científico de su época, que obviamente era más limitado que el actual en la mayoría de campos. No obstante, podemos decir que su obra fue un exhaustivo ejercicio de documentación y de investigación de fuentes antiguas y modernas[1], en un complicado intento de casar mitología, historia, filología, antropología y ciencias naturales.



Entre la gran cantidad de contenidos expuestos encontramos tanto las grandes líneas de pensamiento alternativo del siglo XX, que ya hemos esbozado, como los múltiples temas menores que han sido objeto de repetida investigación en el útimo siglo. Por ejemplo:


  • Las pruebas geológicas de una catástrofe global en la Prehistoria.
  • Los adelantos de la civilización como fruto de un origen único; la civilización no se consigue espontáneamente; se hereda.
  • La deformación de los cráneos en diversas partes del mundo.
  • La presencia de culturas no americanas en América antes del siglo XV.
  • Las similitudes entre la arquitectura y otras artes a uno y otro lado del Atlántico.
  • Las similitudes filológicas entre muchas lenguas antiguas, como indicio de un único lenguaje primigenio.
  • La presencia de hombres barbados venidos del Este en la América mítica (lo que dio origen a una larga polémica sobre la auténtica naturaleza de seres divinos como Quetzalcóatl y Viracocha).
  •  Ciertas tecnologías avanzadas en tiempos antiguos.

Quisiera destacar especialmente el útimo párrafo de su libro, que es una muestra de fascinación por el pasado remoto y también una apelación a seguir investigando en un terreno que estaba prácticamente por descubrir. Este tipo de pensamiento no queda demasiado lejos de las invocaciones de Von Däniken y de otros autores alternativos de gran éxito popular en las últimas décadas: «la ciencia nos dará las claves, nos mostrará lo que ahora parece inverosímil». He aquí el texto:



«Apenas hemos empezado a entender el pasado: hace 100 años el mundo no sabía nada de Pompeya y Herculano, nada de los lazos lingüísticos que unen las naciones indoeuropeas; nada del significado de la inmensa cantidad de inscripciones sobre las tumbas y los templos de Egipto; nada sobre el significado de las inscripciones cuneiformes de Babilonia; nada de las maravillosas civilizaciones descubiertas en los restos de Yucatán, México y Perú. Estamos en el umbral. La investigación científica está avanzando a pasos agigantados. ¿Quién dice que dentro de cien años los grandes museos del mundo no puedan estar adornados con joyas, estatuas armas y artefactos de la Atlántida, y que las bibliotecas del mundo contengan traducciones de sus inscripciones, que arroje nueva luz sobre la pasada historia de la raza humana y todos los grandes problemas que dejan perplejos a los pensadores de nuestros días?»



Sin duda, Donnelly era un hijo de su tiempo, en que coincidió el auge de la arqueología con el rebrote de las antiguas mitologías. Era la misma época de Schliemmann, y Troya también había sido considerada como un mito. El tiempo, sin embargo, ha desbaratado los sueños de Donnelly, puesto que el esperado encuentro con la Atlántida no se ha producido aún. Sea como fuere, su legado esta ahí, y no son pocos los autores que siguen defendiendo los mismos grandes postulados que enunció hace más de un siglo. No se puede negar que su gran aportación a la arqueología alternativa fue la de apartar la visión ocultista de la Atlántida a favor de una visión más científica o, por llamarla de otro modo, más exotérica.

(c) Xavier Bartlett 2013






[1] La redacción del libro le llevó nada menos que doce años de dedicación exclusiva, con un intenso trabajo de investigación en la Biblioteca del Congreso de los EE UU.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Hola! disculpa, por casualidad, ¿sabes cómo puedo conseguir el libro en Chile?, intento encontrar la editorial pero su página me tira a error.
Saludos!!

Xavier Bartlett dijo...

Apreciada Mariana,

Supongo que te refieres a "La historia imperfecta". La editorial me dijo que se había distribuido (en papel) en Chile, por lo menos en Santiago. Si no lo localizas en ninguna librería, se debería poder adquirir en internet, ya sea en la página de Amazon o en la propia editorial Obelisco. Este es el link: https://www.edicionesobelisco.com/
Si todo falla me puedes volver a escribir, a ver si puedo solucionarlo.

Saludos,
X.

Unknown dijo...

Hola, gracias por responder tan pronto, me refería a “La Atlántida: el mundo antediluviano", el hijo de una amiga lo quería para su cumpleaños pero no lo he encontrado en ningún lado. De todas formas, gracias.